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lunes, 30 de junio de 2025
domingo, 29 de junio de 2025
FOTOS LITERACCIÓN
Gramola, Federico Duplá, Luis Lamadrid,
Paco Utray y Mimisme
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sábado, 28 de junio de 2025
INADAPTADA (II)
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Fragmento 2:
Se tocaba la cabeza como si buscara una pieza suelta. Sabía que algo no encajaba, aunque el espejo devolviera una imagen completa. La habitación era un cubo estático. Afuera, los cristales repetían una ciudad que ya no le pertenecía. Dentro, todo era tacto: las sábanas, su piel, la presión de una pregunta sin palabras. No recordaba cuánto tiempo llevaba sentada allí. Quizás días. Quizás una vida. A veces tenía la sensación de estar siendo grabada. O soñada. Pensó que si se quedara inmóvil el tiempo suficiente, alguien vendría a apagarla. Pero nadie vino. El mundo no se encarga de las inadaptadas. Se limita a dejarlas caer.
©Nitrofoska
viernes, 27 de junio de 2025
INADAPTADA (I)
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Fragmento 1:
Al despertar, no miraba a nadie. Ni siquiera a sí misma. Prefería observar lo que no se movía: la ventana, la pared, la línea imprecisa entre edificios. Desde la cama observaba estructuras sin historia, ventanas con vida de alquiler. El mundo seguía funcionando como si ella no lo hubiera abandonado del todo. A veces encendía la radio y la sintonizaba donde no hablaban. Le gustaban los espacios sin voz. Su cuerpo, aún tibio por el sueño, era el único territorio conocido. La luz no entraba. Se limitaba a rozar la pared, como si no quisiera quedarse. Se preguntaba si alguien más vivía así: en el margen exacto entre la vigilia y la fuga.
©Nitrofoska
jueves, 26 de junio de 2025
NUEVA PIEL
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miércoles, 25 de junio de 2025
martes, 24 de junio de 2025
¡PRONTO NUEVA PIEZA DE LITERACCIÓN!
Somos Literacción: una colisión controlada entre literatura, cuerpo y tecnología. No somos un colectivo, ni un grupo, ni una marca. Somos una pulsión: hacer algo, ahora, sin garantías. Porque hacer algo es hacerlo todo.
Saltamos a escena. Improvisamos, filmamos, recitamos, trepamos, distorsionamos. Nos da igual el formato: vídeo, música, manifiesto, acción escénica, relato breve, grito. Nos da igual el canon. Buscamos el vértigo.
La literatura está muy viva, y ahí, en ese horizonte debe permanecer. Empuñamos palabras como artefactos de acción. Giramos en torno a la improvisación. «Sobre La Marcha» es el lema que nos impulsa.
Hemos lanzado nuestros manifiestos en directo. Hemos convertido el texto en movimiento, en imagen, en carne. Somos Literacción.
Carolina Yavén, Paco Utray
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En estos días estamos inmersos en la creación de una pieza poética audiovisual titulada EL AMOR SE CREA Y SE DESTRUYE, que se grabará en la librería ARRANCA THELMA, nave nodriza de la literatura.
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Y decirles que además del núcleo del equipo, a saber:
Max Nitrofoska
Luis
Lamadrid
Paco Utray
Federico Duplá
En esta nueva pieza tendremos la suerte de contar con las colaboraciones estelares de:
Gramola (Gramola
Revival)
Javier Etxeberria (Mala Fama, Skalariak, Vendetta)
¡Atentooas!!!
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lunes, 23 de junio de 2025
domingo, 22 de junio de 2025
sábado, 21 de junio de 2025
EL MAMARRACHO UNIVERSAL (IV)
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El tipo de la máscara lleva dos días en el coche sin mover un dedo. A veces creemos que duerme, pero no: mastica algo. Detrás de él, la ciudad se recalienta. Hay un satélite de hospital flotando bajo el techo. Vigila. El de la pierna biónica cayó en un bucle: repara el motor, arranca, choca, vuelve a empezar. Nadie se lo impide. A un costado, una mujer duerme dentro de un tubo. Respira con normalidad. No es lo más raro que hemos visto hoy. El asfalto brilla como grasa. Las calles ya no conectan puntos, solo estados mentales. La luz es de mentira, pero quema igual. Nadie recuerda cuándo empezó todo esto. Ni siquiera sabemos si seguimos en verano. Aquí las estaciones no cambian: se pudren.
©Nitrofoskaviernes, 20 de junio de 2025
EL MAMARRACHO UNIVERSAL (III)
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Hoy la ducha volvió a funcionar. Soltó arena, pero servía. Desayuné algo viscoso y salí a mirar el barrio. La mujer del tubo azul grita otra vez su profecía de espuma. El tipo del coche intenta arrancar desde hace ya tres meses, sin éxito. Yo le aplaudo de vez en cuando. En el edificio derruído ya no queda nadie cuerdo, pero sus sombras aún bailan al atardecer. No hay futuro aquí. Solo repeticiones con pequeños errores. Pequeños fallos que hacen de esta ciudad un lugar perfecto.
©Nitrofoskajueves, 19 de junio de 2025
miércoles, 18 de junio de 2025
VERANO
Empieza el verano.
Me siento contento,
me siento distinto,
feliz de vivir,
de respirar,
de existir.
Tengo sueño, eso sí.
No descanso,
todo el día en la calle,
respirando el calor,
olisqueando a la gente,
escuchando la radio hasta la madrugada
y temprano por la mañana
tomarme un café con churros
en el bar de la esquina,
una terraza maltrecha que sobrevive
con sus sillas de metal
al gentío que la circunda.
Es temprano y no hay mucha gente,
disfrutas de tu café
y tus churros
y te das una vuelta por la floristería.
Mira, ahí está la florista,
qué bonita es,
qué hermosa sonrisa,
y esas caderas profundas
que al pasar te hacen una seña,
bueno,
o tal vez no te hagan ninguna seña
y eres tú el que posa tus ojos ahí encima,
en esa ola infinita de carne tierna y apetitosa
de florista en celo,
una flor del paraíso renacida para hipnotizarte
y volverte no sé si loco,
pero sí un poco tarumba
con esas caderas rotundas
y esa sonrisa que te desarma,
y cuando sin mirarte aún
te saluda, te da los buenos días
no sabes si es de día o es de noche,
se te apagan las luces
y te amarras como puedes
a los asideros que tienes delante,
te amarras a sus caderas y le preguntas por su gato,
o le preguntas la hora
cuando sabes perfectamente que son las ocho y media,
pero le preguntas eso o algo
y ella se ríe un poco y sigue a lo suyo,
sacando flores
y acomodándolas en unos bonitos jarrones
que luego coloca con mimo
en la acera frente a su tienda.
Es verano, el sol,
y tú lo que quieres es seguir ahí,
en la floristería,
junto a la florista,
y preguntarle por su madre,
por su perro,
o era un gato,
por su salud menstrual
y sus gustos musicales,
¿te gustan los churros?,
me han quedado un par del desayuno,
toma,
están muy ricos,
gracias,
qué bonitas esas gardenias,
quién cantaba esa canción,
qué canción,
la canción de dos gardenias para ti,
Antonio Machín,
¿te tomas algo cuando termines?,
¿un vermú o una cerveza o un bitter sin alcohol?,
ahí a la vuelta hay un barcito nuevo que han abierto
que ponen unas tapas de berenjena espectaculares,
es que hoy tengo mucho lío,
eey, que esas tapas son de berenjena,
¡de berenjena!,
y están es pec ta cu la res,
venga a las dos te paso a buscar,
está bien,
está bien, ha dicho está bien.
¡Ha dicho está bien!
Qué maravilla.
Qué bonitos sus ojos.
Cómo molan las berenjenas.
Todo un verano por delante.
© Max Nitrofoska
martes, 17 de junio de 2025
lunes, 16 de junio de 2025
EXTENSIONES
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domingo, 15 de junio de 2025
EL MAMARRACHO UNIVERSAL (II)
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Fragmento 2:
Cuando aterrizamos aquí, yo era un turista. Ahora soy parte del decorado. Conozco al tipo del tambor que nunca deja de tocar, al camarero que sirve bebidas fluorescentes, a la pareja que discute siempre la misma frase. Este lugar no tiene argumento. Son escenas sueltas. Los edificios flotan y se retuercen según avanza el día, y los trenes no tienen destino. Los músicos del puente tocan solo para los drones. Una vez pregunté si era domingo y todos se rieron. Aquí no hay días. Solo estilos.
©Nitrofoskasábado, 14 de junio de 2025
EL MAMARRACHO UNIVERSAL (I)
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En esta ciudad, los caballos atraviesan edificios como si fueran humo. No preguntes por qué. Nadie se detiene. Nadie repara en los dinosaurios que comen farolas ni en las grietas del aire. Ayer, un tipo se desangraba junto a un coche rojo y lo único que pensé fue: qué bonito el contraste. Mis vecinos flotan en naves sin ruedas, los niños apalean hologramas rotos. A veces me siento en el borde del pavimento, a fumar algo que no arde, que no quema. Llega el olor a fritanga vieja, como una amenaza. Aquí lo único que cambia es el nombre de las avenidas. Pero da igual. Nadie sabe leerlos.
©Nitrofoskaviernes, 13 de junio de 2025
MÁS FOTOS DE LA FERIA DEL LIBRO
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jueves, 12 de junio de 2025
SIMÓN PERRO
Durante la estación del frío, Marte parecía guardar silencio. Sus vastos mares, secos desde hacía milenios, eran tan solo cicatrices grises extendidas sobre la superficie del planeta, cubiertas por una capa ligera de escarcha que brillaba bajo el sol lejano como cristales rotos. Allí, donde las olas habían rugido alguna vez, reinaba ahora un silencio tan absoluto que dolía en los huesos.
Esa mañana, bajo una luz débil y transparente, Simón Perro caminaba lentamente entre las antiguas formaciones de coral petrificado, desmenuzando entre sus dedos lo que alguna vez había sido vida. Su traje, blanco y pesado, avanzaba en cámara lenta sobre el lecho marítimo, levantando nubes minúsculas de polvo.
Simón tenía casi sesenta años y era uno de los últimos exploradores humanos que quedaban en Marte. Había llegado con la segunda oleada de colonizadores, cuando aún se creía que el planeta podría convertirse en un nuevo hogar. Ahora, tras décadas de decepción y soledad, Marte era apenas un museo gigantesco de sueños fracasados.
Se detuvo junto a una formación rocosa que se alzaba como una columna hacia el cielo. Sacó cuidadosamente de su mochila una pequeña caja de metal oxidado, colocándola en el suelo con delicadeza. La abrió con gesto pausado, como quien cumple con una ceremonia sagrada.
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Dentro descansaba un viejo reproductor musical, una reliquia terrestre. Lo activó y, tras un breve zumbido estático, comenzó a sonar una canción, dulce y triste, que rompió inesperadamente el silencio desolado del mar muerto.
Simón cerró los ojos mientras la melodía se extendía por el paisaje vacío, recordando tardes de verano en la Tierra, noches cálidas, risas olvidadas. La música flotaba extrañamente bajo aquel cielo distante, resonando sobre el mar seco como si este despertara lentamente de un largo sueño.
Entonces ocurrió.
Primero fue un leve temblor bajo sus pies. Simón abrió los ojos, sorprendido, mirando en todas direcciones, preguntándose si aquello sería real o solo un truco cruel de su memoria agotada. Pero no era imaginación: la superficie árida y agrietada empezó a vibrar con suavidad, como respondiendo a la música.
Observó con asombro cómo el polvo que cubría el antiguo fondo marino comenzaba a elevarse, flotando en espirales lentas que imitaban el movimiento perdido de las corrientes marinas. Poco después, escuchó algo increíble: era un sonido lejano, profundo y envolvente, que emergía desde las entrañas del planeta. Parecía el rumor antiguo de olas inexistentes rompiendo contra costas fantasmas.
Perro permaneció inmóvil, atrapado entre la maravilla y el miedo, incapaz de apagar la canción que resonaba ahora con fuerza por todo aquel paisaje desolado. De pronto comprendió que, sin querer, había despertado algo dormido en las profundidades del mundo muerto.
El polvo a su alrededor giró con más fuerza, formando siluetas extrañas, sombras fugaces que parecían danzar al ritmo de la música terrestre.
La vibración se hizo intensa, tangible, y del fondo del antiguo mar comenzaron a surgir siluetas gigantescas, criaturas espectrales que se elevaban lentamente, translúcidas y majestuosas. Eran imágenes de antiguas bestias marinas marcianas, enormes y magníficas, renacidas por un instante de la memoria planetaria.
Simón, atónito y fascinado, vio cómo aquellos seres fantasmas giraban en un elegante ballet sobre la superficie muerta, al compás de la melodía humana que se entrelazaba con la voz profunda del mar resucitado. Sintió lágrimas calientes recorriendo sus mejillas, derritiendo el frío acumulado por años de aislamiento.
La música terminó al fin, y las criaturas se detuvieron, contemplando al hombre pequeño y frágil que había devuelto, aunque brevemente, vida a su mundo olvidado. Luego, lentamente, se desvanecieron en el aire, dejando tras de sí solo polvo, silencio y el eco débil de una canción que ya nunca sería olvidada.
Simón Perro apagó el reproductor con manos temblorosas. Respiró profundamente, como si temiera que al exhalar todo aquello desapareciera. El silencio volvió, pero no era el mismo: en él había una vibración nueva, sutil, como un corazón que aún no sabe que late.
No dijo nada. Solo permaneció allí, quieto, mientras el planeta lo envolvía despacio, como si por fin lo aceptara entre sus ruinas.
©Nitrofoska
miércoles, 11 de junio de 2025
martes, 10 de junio de 2025
FOTOS DE LA FERIA DEL LIBRO
Hola, habitantes. Hoy les traigo fotos del pasado día 5, en que estuve firmando ejemplares de mi ¡HAZ ALGO!
Coordenadas: la Feria del Libro de Madrid, en la caseta de Librería y ediciones Miraguano.
La
Feria aún seguirá abierta y en pie hasta el día 15. No pierdan la
ocasión de visitarla. A disfrutar.
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domingo, 8 de junio de 2025
sábado, 7 de junio de 2025
UNIVERSO ALTERNATIVO
La semana pasada orbité sobre el planetoide Clowning, un enclave surrealista lleno de estructuras con forma de secadores de pelo gigantes y cúpulas pintadas como cabezas humanas con moños imposibles. Mientras esperaba la recarga de oxígeno en el módulo 46, entré en una de sus bibliotecas automatizadas, regentada por un androide retirado llamado Itcharo. Entre manuales de estética capilar y tratados de clonación dérmica, encontré un volumen encajado al revés en una estantería. Lo abrí sin expectativas, pero me atrapó de inmediato. Mezclaba teoría sociológica, anécdotas interdimensionales y consejos de etiqueta para seres con tentáculos, antenas o pliegues temporales. En verdad certero e interesante. Lo terminé flotando en la órbita de salida. Os lo recomiendo, androides. No todo está perdido en los márgenes.
viernes, 6 de junio de 2025
jueves, 5 de junio de 2025
¡HOY! ¡AHORA! ¡YA!
miércoles, 4 de junio de 2025
UNA SALIDA
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Veo una salida, al fondo.
O tal vez sea por ahí por donde entré.
Vete a saber.
Huele mal.
La salida está pintada de rojo.
Un rojo intenso que señala peligro,
que me amenaza,
que me hace dubitar,
temblar,
gelatina entre los huesos.
La salida está rodeada
de señales luminosas,
también,
aunque tal vez se trate de mi propio miedo,
de esas estrellas,
esa cortina de niebla
que se forma ante la mirada
cuando desconoces el camino,
cuando tengo que decidir qué camino tomar y no lo sé.
No parece tarea fácil.
Tú dices,
tú crees,
afirmas que es la salida.
Pero bien podría tratarse
de la puerta por la que entraste a todo esto.
Podría ser,
no digas que no.
Tal vez no exista más que una sola puerta,
de entrada,
de salida,
de vida.
Un sola puerta para todo,
incluso para ir al baño,
la misma puerta que para casarse
o para iniciar un retiro espiritual
o para acceder al vuelo rumbo a Venecia o a Saigón.
Siempre la misma puerta.
Ni una sola señal que te dé una pista
de lo que te espera al otro lado.
Si es que hay algo al otro lado.
La salida está pintada de rojo y tú vas desnudo,
me parece,
tirando las prendas que te visten
a los lados del sendero.
Hay días en que te veo caminar a gatas, confundido.
Otros te muestras erguido, como un faro,
dispuesto a derrochar luz,
a iluminarlo todo con tu aura iridiscente,
con tu mirada que abarca un mundo y sin embargo
se detiene ante esa puerta de salida.
O de entrada.
Ante esa puerta.
Como si en la vida solo hubiera puertas.
Como si en la vida,
en tu vida,
solo se pudiera entrar o salir.
Como si en tu vida no pudiera haber una ventana,
una hilera de ventanas que abres y se airean las habitaciones
y las largas tardes.
Como si en tu vida no pudiera haber
un hermoso sendero bordeado de lirios
y amapolas,
flores embriagadoras que te adormecen
y te cautivan
y te hacen quedarte un ratito más en el campo.
Y llegar tarde a casa.
Y comer a la carrera un bocadillo
porque has quedado con un amigo
o una amiga para tomar un café.
Humeante, el café.
Preciosos, tus amigos.
Preciosas, tus amigas.
Y te encaramas en un montoncito de felicidad
y dices unas cuantas estupideces,
gracietas que hacen sonreír a tu interlocutor
y a ti mismo.
Pasan cosas, en los pasillos.
Pasan cosas en los senderos que llevan a ninguna parte.
Veo una salida, al fondo.
O tal vez sea por ahí por donde entré,
vete a saber.
Huele mal.
Pasan cosas, en los pasillos.
Pasan cosas en los senderos que llevan a ninguna parte.
Pasan cosas
en los senderos
que llevan
a ninguna parte.
Huele mal.
A veces huele mal.
Otras huele a flores y esperanza.
© Max Nitrofoska
martes, 3 de junio de 2025
NITROFOSKA EN LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID 2025
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lunes, 2 de junio de 2025
domingo, 1 de junio de 2025
EL BESO (VIII)
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Fragmento 8:
El último beso fue mudo. No hubo luz. Ni tacto. Solo dos superficies que se reconocieron por última vez antes de mutar en otra cosa. Él llevaba lunas flotando bajo la piel. Yo ya no tenía nombre. Solo un impulso: acercarme. Tocar. Fundirme. No por amor. Ni por deseo. Por hambre de origen. Nos besamos como quien vuelve al sitio donde empezó todo, sabiendo que no habrá regreso. Luego vino el silencio, y con él, la forma nueva.
©Nitrofoska