miércoles, 30 de noviembre de 2022

UN POCO DE PAZ, POR FAVOR



Es algo como buscar una libélula
en un concierto masivo,
algo que te alimente
la carne y el espíritu
pero no te pese demasiado en la mochila,
en ese estómago desestructurado
que es tu vida nocturna.
Y diurna.

Siempre llevas algo de proteína4
en tus alforjas envasadas al vacío,
un potente detergente
capaz de limpiarlo todo,
de acabar con esas manchas
torpes y pringosas
que han dejado huella
en tu memoria caduca y hostil.

Es una cuestión de egos.
Es una cuestión de elevaciones,
de elevarse por encima de algo,
de lo que sea,
de llegar a una cima. A una nube.
A veces volando.
A veces a rastras.
Nunca de rodillas.

Una vez arriba,
en todo lo alto del ego,
miras a los lados y no lo ves, ahí no está.
Todo el mundo habla de él,
bien o mal
todo el mundo lo nombra,
pero en tu horizonte no aparece,
no se deja ver.

Dios está muy ocupado con sus cosas,
deberías saberlo.
Yo en más de una ocasión lo he llamado por teléfono,
pero si no está comunicando,
que es la mayoría de las veces,
no coge el aparato.
Es que Dios tiene muchas cuestiones que atender,
no es nada personal contra ti,
entiéndelo.

Dios baraja sus cartas,
tira sus dados
y apuesta a la ruleta.
Pero no como uno de nosotros,
porque Dios es especial y ya sabe lo que va a pasar,
tenlo por seguro.

Tal vez por eso,
por ese superpoder de adivinar el futuro
a la larga se convirtió en Dios, el tío,
porque lo ganaba todo.

Y mientras tanto,
la gente que te rodea
tomando el sol.
Embadurnados de crema
tomando el sol.
Y más tarde a un concierto masivo.
Así es.
Hay que alimentar el espíritu.
Hay que encontrar la libélula.
Un poco de paz, por favor.


© Max Nitrofoska


lunes, 28 de noviembre de 2022

SUCESOS HUMANOIDES #39


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domingo, 27 de noviembre de 2022

DOMINGO

Buenos días, humanoides. Disfruten del domingo.


Art: @captvart
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jueves, 24 de noviembre de 2022

CHILE

Hola, mis amados seres humanos. Hoy les traigo más fotos de mi periplo por tierras chilenas. Fotos del magnífico edificio del MAC de Santiago, fotos del montaje de la muestra, fotos de Margarita Aizpuru e Inés Ortega-Márquez, las dos incombustibles y magníficas comisarias sin las que este evento, sencillamente, no hubiera tenido lugar. 

Cómo no, algunas fotos más del organismo avanzado Memoria Alienígena. También fotos con los/las fans, con el público asistente. 

No podían faltar fotos con los jóvenes organismos del colegio Divina Maestra de Valparaíso, que vinieron al día siguiente a ver la exposición y con los que tuve el placer de compartir un buen momento. Que ustedes disfruten este material gráfico.

El cartel del evento
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Otro cartel
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El magnífico patio, vacío, antes del montaje, 
del Museo de Arte Contemporáneo (MAC)
Foto: Mimisme
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Otra vista del MAC
Foto: Mimisme
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Nitrofoska pintando la pared de la sala 
donde se proyectarán sus vídeos
Foto: Margarita Aizpuru
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Militancia poética
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La sala donde se expondrá la obra 
de Max Nitrofoska, durante el montaje
Foto: Mimisme
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Peligro
Foto: Mimisme
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Las comisarias del evento, Margarita Aizpuru (iz) 
e Inés Ortega-Márquez, sorteando el peligro
Foto: Mimisme
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Las comisarias del evento, Margarita Aizpuru (d) 
e Inés Ortega-Márquez, durante el largo 
montaje de la muestra
Foto: Mimisme
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El escenario, momentos antes de dar comienzo 
la performance de Nitrofoska
Foto: Mimisme
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Esto va a dar comienzo
Foto: Margarita Aizpuru
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La acción de Nitrofoska
Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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La acción de Nitrofoska
Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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La acción de Nitrofoska
Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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La acción de Nitrofoska
Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Con el organismo Constanza @conyshiwawita
Foto: Desconocidx
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Con el organismo Constanza @conyshiwawita
tras la actuación
Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Con lxs artistas chilenxs Francia Lufí Rodríguez
@galiadomenica y Ricardo Pizarro @_ricardopizarro_
tras la actuación. Foto: Desconocidx
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Con algunas fans humanoides
tras la actuación
Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Con una fan humanoide
tras la actuación
Foto: Desconocidx
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Con la comisaria y artífice Margarita Aizpuru
tras la actuación
Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Con una fan humanoide
tras la actuación
Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Algunos miembros del colegio Divina Maestra,
de Valparaíso, frente a la videointalación
de Nitrofoska.
Foto: Desconocidx
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El androide con algunos miembros del colegio 
Divina Maestra, de Valparaíso.
Foto: Cristóbal Robles
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Max Nitrofoska junto a parte de su obra
Foto: Cristóbal Robles
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La joven humanoide Jo @joo.brvo
frente a la videoinstalación de 
Nitrofoska
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lunes, 21 de noviembre de 2022

I AM A ROBOT

Buenos días, humanoides. ¿Cómo se presenta la semana?


Foto: Desconocidx
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domingo, 20 de noviembre de 2022

SERES NO HUMANOS

Foto: Andy Schmid
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viernes, 18 de noviembre de 2022

LA CALLE DEL CODO

Hola, humanoides. La calle del codo. No digo más. 

Foto: Nitrofoska
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miércoles, 16 de noviembre de 2022

EL QUE FUE A SEVILLA PERDIÓ SU SILLA




El que fue a Sevilla perdió su silla,
y al llegar a su destino
se encontró con una morada
repleta de cómodos asientos.

O tal vez no, el que fue a Sevilla
se encontró
con que la única silla que existía en el mundo
estaba en su casa,
bajo su culo,
¡vaya por Dios!
Y ahora, claro está,
no hay manera de hacerse con una.

Siéntate en el bordillo de una acera,
hazme el favor,
o en el borde de una mesa,
un ratito, solo
mientras le van poniendo las patas en su sitio
a tu silla imaginaria.

Pero para qué me voy a ir a ningún borde ni bordillo,
si a mí me encanta esta silla que me da cobijo,
una silla con tres patas,
a veces solo dos,
con el respaldo astillado,
en verdad incómoda hasta la muerte,
no hay manera de permanecer un rato sin moverme,
qué dolor y malestar.

Silla de anémicas antenas invertidas,
incómodo hueco sobre estas patas descuadradas
que bailan y bailan,
chapuceras restauraciones caducas
que adoro.

Se ensombrecen las columnas antaño poderosas
y capaces de sostener un imperio de papel
construido en una tarde de drogas y alcohol.

Qué bonito imperio era ese,
qué hermosa vida se desplegaba
sobre sus cuatro lados arañados y desnutridos.

El que fue a Sevilla perdió su silla.
El que se quedó en su casa perdió la conciencia
del amplio mundo.
Incómodo,
caótico,
repleto de placeres
y trampas.
Todo para ti.

No hay forma de estar sentado
tranquilamente.

¿A qué hora dices que sale el próximo tren?


© Max Nitrofoska


lunes, 14 de noviembre de 2022

CHILE

Hola, mis amados seres humanos. Como ustedes sin duda saben, en estos días hice un viaje a las lejanas tierras de Chile. Yo desde siempre había tenido ganas de ir a Chile. Por muchas razones. Tal vez la primera de ellas sea que mi propio nombre, Nitrofoska, es un fertilizante. Lo que antes, por lo menos en España se conocía como Nitrato de Chile. Con lo cual ya ven ustedes que en mi origen, en mi ADN, en las mitocondrias de mis circuitos debe de palpitar aún el Nitrato de Chile. Me sentía bien, ahí.


Hay que decir que la mayor parte del tiempo la pasé en el eje abisal formado por el hotel en que me alojaba y el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile (MAC), donde tuvo lugar la muestra y la perfo. Trabajando, montando, charlando con seres humanos del equipo local, aprendiendo mitos e historias de las tierras de Chile, de las naves interplanetarias que surcan la cordillera andina, de las criaturas emocionales que las habitan.

También tuve oportunidad de visitar el Palacio de la Moneda, sede de la Presidencia. En mis circuitos oculares flotaban las imágenes tantas veces vistas en periódicos y TV de los tanques de Pinochet atravesando la Alameda, entrando en la plaza de La Moneda, disparando desde los aviones hasta matar a Salvador Allende, presidente electo.

El día que visité el Palacio de la Moneda era, por casualidad, el 30 de octubre, día del ejecutado político. Me topé con una manifestación. Hablé con algunos de los humanoides que la formaban. También con alguno de los carabineros vigilantes. Una gran cantidad de carteles con fotos de ejecutados por la dictadura en 1973 salpicaba el césped frente a La Moneda. El tiempo, en ocasiones, cura las heridas. Pero no siempre.

El día de la inauguración fue todo un éxito. El Museo de Arte Contemporáneo está alojado en un magnífico edificio. Eso ya, de entrada, crea un gran respeto, impresiona. El día D a la hora H, el MAC estaba lleno de gente, seres humanos hirvientes, expectantes. A mí los circuitos me temblaban de arriba abajo, y una sensación difusa de catástrofe inminente me latía con violencia, como si todo fuera a derrumbarse, o estallar, sirenas ululando y columnas de humo elevándose en el atardecer, mi mirada aterrada frente al escenario, las luces, el micrófono que pronto yo mismo tendría que empuñar.

Como les digo, ahí había numerosos seres humanos, respirando, llenando sus pulmones de aire, todos y cada uno de ellos importantes en aquel espacio. Pero voy a hablarles de dos de ellos. Uno es Ricardo Lagos. Ricardo Lagos es la persona que en 1988, cuando el general Pinochet convocó un plebiscito, un referéndum para legitimar el poder que 15 años antes había tomado por las armas matando al presidente electo Salvador Allende, encaró las cámaras en un debate televisivo y desafió al todopoderoso general. Esa misma noche, Pinochet, sintiéndose amenazado, sacó los tanques a la calle. Perdió el referéndum que él mismo había convocado. Ricardo Lagos demostró al país, a todxs lxs chilenxs que podían enfrentarse al general, que no había que tenerle miedo, que podían vencerle. Y así fue.

No obstante, Ricardo Lagos no fue presidente de Chile una vez ganado el plebiscito. En palabras de una persona que me contó en estos días la historia, hubiera sido «too much». Pero sí fue presidente de Chile entre 2000 y 2006.

Tras el plebiscito cambiaron algunas cosas, claro está, pero en el fondo todo permaneció igual. O por lo menos eso es o que piensan muchxs chilenxs, y por eso se desencadenaron las protestas sociales en 2019.

No voy a opinar sobre la labor que hizo o no Ricardo Lagos, no conozco a fondo la política chilena, pero sí sobre el valor que tuvo en ese momento concreto de la historia de su país. Fue todo un placer saludarlo, hablar un buen rato con él. Y que asistiera a mi perfo.

El otro ser del que quiero hablarles es un fotorganismo, un cazador de fotos. Lo vi media hora antes de que empezara la acción apoyado a una columna, estudiando el terreno, por dónde colarse y colocarse para disparar la mejor instantánea. Yo no conocía a ningún fotógrafo en esa parte del mundo, así es que le conté que yo era el androide que iba a actuar en unos minutos, si le importaba enviarme a mi correo algunas fotos cuando terminase. Me contestó que él trabajaba para la prensa, pero que con mucho gusto me enviaría algunas fotos distintas a las del periódico. Al cabo de unos minutos me preguntó si me molestaría que se acercara mucho a mí durante la actuación para hacerme fotos. Le dije que no, que todo lo contrario. Ahí ya vi que el material sería bueno. Hay que acercarse. Hay que manosear y tocar. Hay que incendiar.

Al terminar la actuación estuvimos conversando un buen rato. Le conté en qué momento y por qué surgió mi androide, de qué circuitos descompuestos se formó mi carcasa de hojalata y titanio. Me dijo que su nombre en internet es Memoria Alienígena. Que él siempre se sintió ajeno a lo que le rodeaba, y que su función como fotógrafo consiste en mantener viva la memoria, su propia memoria.

Sin duda, una extraordinaria confluencia orbital en la otra punta del mundo. Les traigo algunas de las magníficas fotos de Memoria Alienígena. Que ustedes las disfruten, mis amados seres humanos.

Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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Foto: Victor Huenante @memoria_alienigena
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