Texto e imagen: Nitrofoska
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El tipo de la máscara lleva dos días en el coche sin mover un dedo. A veces creemos que duerme, pero no: mastica algo. Detrás de él, la ciudad se recalienta. Hay un satélite de hospital flotando bajo el techo. Vigila. El de la pierna biónica cayó en un bucle: repara el motor, arranca, choca, vuelve a empezar. Nadie se lo impide. A un costado, una mujer duerme dentro de un tubo. Respira con normalidad. No es lo más raro que hemos visto hoy. El asfalto brilla como grasa. Las calles ya no conectan puntos, solo estados mentales. La luz es de mentira, pero quema igual. Nadie recuerda cuándo empezó todo esto. Ni siquiera sabemos si seguimos en verano. Aquí las estaciones no cambian: se pudren.
©Nitrofoska