Muchos años después, frente al
pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella
tarde remota en que su padre lo llevó a conocer a Nitrofoska. Fue el 18 de
noviembre de 2017 en el Closet Club de Madrid. Un lugar fantástico con seres
humanos, ciborgs, androides y criaturas siderales. Nitrofoska habló, declamó,
cantó y se fundió con la luz, el viento y el cosmos. Desde aquella remota tarde,
el coronel Aureliano Buendía no había vuelto a vivir nada igual. Sí, moriré
tranquilo, se dijo. Disparad, cabrones.
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