miércoles, 26 de julio de 2023

EL MAMARRACHO UNIVERSAL

Hola, humanoides. Hoy os traigo un fragmento de CORONA, uno de los cuentos que componen RADICAL INDEFINIDO, mi último libro de relatos.

¿Cómo, que aún no lo has leído? ¿Pero no decías que este verano querías dedicar más tiempo a la lectura?

Supongo que para elegir un libro o bien acudirás a la biblioteca de tu barrio o a una librería, donde las novedades propuestas por los grandes canales de distribución ya habrán decidido por ti lo que vas a leer en tu tiempo libre.

Si quieres que ocurran cosas nuevas en tu vida empieza por hacer tú algo nuevo. Algo pequeño, insignificante, pero tuyo.

Compra un libro a una de esas personas o androides a los que llevas todo el año escuchando y leyendo en redes sociales. Uno de esos seres que, aunque tangencialmente, forman parte de tu vida. Compra un RADICAL INDEFINIDO. Te sorprenderá. Te sorprenderás. 

Aquí: maxnitrofoska@gmail.com , por 15€ envío incluido lo recibirás en tu casa dedicado. Península, Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla.

Y aquí, en Amazon, puedes pedirlo en el mundo entero, en papel por 12,90€ /12,99$ y en formato digital por 4,99€ / 4,99$

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Fragmento de CORONA:

Volví a la cocina, agarré un brandy que suelo usar para cocinar y me llevé la botella a los labios. Con la boca ya impregnada del violento sabor del alcohol, me pasé el trago de un lado a otro y luego lo escupí, tosiendo, en el fregadero. Acto seguido volqué la botella de brandy y miré cómo su contenido se perdía por el sumidero, formando ridículos y nerviosos remolinos que desaparecían por el agujero negro. Remolinos que yo no había buscado. Torbellinos que yo no necesitaba.

Después me quedé un rato mirando las baldosas, los cuadrados que formaban en las paredes. Me hubiera gustado ser baldosa, tener una vida con cuatro bandas, todas de la misma medida. Saber con exactitud quién está a mi lado, a qué segmento o segmentos me enfrento, cuál es mi superficie, mi área, mis competencias cuadradas. Y no pasarme la vida atrapada en estas órbitas elípticas, absurdas, volubles y petardas, inestables y frígidas. O por lo menos así es como me dejan a mí. Fría, con el alma seca y fría.

Bebí un vaso de agua y cuando me senté, terca, bajo el flexo dispuesta a completar mi examen, Basile desapareció de nuevo.

Esta vez no le presté atención. Yo seguí con el test. Seleccionaba la opción a, o la opción b, o la opción c, la misma mecánica a cada vuelta.

A mí siempre me han incomodado estos exámenes en los que la respuesta correcta está ahí, escrita entre otras respuestas falsas, como en un campo de minas. Me da la sensación de que todo va a estallar y derrumbarse de un momento a otro, de que voy a terminar el examen sepultada entre los escombros.

Las cosas no han de ser siempre ciertas e inamovibles, desde luego que no, pero en mi opinión tampoco es lícito que la verdad conviva mezclada con la falsedad y la impostura. Las personas se pudren, se contaminan, se convierten en un amasijo flojo y estéril.

Aunque bien es cierto que con un poco de suerte puedes perfectamente acertarlas todas, pegarle un pleno a las respuestas correctas. Con un examen tipo test puedes llegar hasta a presidente del gobierno de cualquier país democrático.

Opción a, opción b, opción c. Siempre lo mismo. Una no puede ir por ahí decantándose por la opción z, viviendo la opción z, amando la opción z. Porque ni siquiera existe. Y eso es lo que me saca de mis casillas, y nunca mejor dicho.

Una tiene que inventarse rincones respirables dentro de los tres o cuatro exiguos casilleros habilitados y dejar de lado un amplio y hermoso abecedario que se encuentra a tus pies, disponible, desde siempre, sin que tú lo sepas ni nadie te lo haya mostrado jamás. Y entonces sí, retorcerlos en sus amplias vocales, sus consonantes rugosas, sus sílabas africadas y místicas y sus tonos opacos, agruparlo todo en un montoncito y salir desnuda por las calles con las farolas apuntando contra ti o sin ni siquiera farolas, una larga noche sumida en la oscuridad, porque fuera de la a y de la b y de la c no hay luz, es la nada, es la h intercalada, es la x tachadora, el garabato cósmico, el mamarracho universal.

El mamarracho universal - Art: Nitrofoska & IA
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