Hola, mis amados seres humanos. El pasado mes de marzo tuve la fortuna de poder asistir a un concierto de la gran Fátima Miranda en la sala Berlanga de Madrid. Fue algo fantástico, espléndido, un espectáculo de voz como nunca antes lo había visto. Mis circuitos se vieron muy afectados, y mi nivel de felicidad se incrementó notablemente.
Sin embargo, en octubre, por un compromiso androide ineludible no me fue posible acudir al concierto que ofreció en las naves del Matadero. Pero hace un par de días localicé este mismo concierto y un documental sobre el organismo biónico Fátima Miranda, y mi felicidad volvió a alcanzar niveles estratosféricos, mis audiocircuitos palpitaban de dicha y alegría.
Aquí se lo traigo, mis amados seres humanos. Y también una actuación en México. Que ustedes las disfruten. Atentos. Energía sideral.
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