En el asteroide Arquímedes habita Mimo,
un logoorganismo que cuenta historias fantásticas. Seres venidos de los más
recónditos rincones de la galaxia se reúnen para escuchar sus cuentos, sus
maravillosos relatos siderales, sus interminables narraciones del espacio.
El pasado mes de julio mis circuitos necesitaban
combustible palabra y no dudé en visitar Arquímedes en busca de una historia
que me alimentara. Posé mi nave en el epicentro del asteroide, donde un nutrido
y heterogéneo grupo de seres interestelares escuchaba extasiado la historia que
narraba Mimo desde su atalaya en forma de bañera. Yo estaba un poco dormido
tras el largo viaje, amados seres humanos, pero no obstante intentaré resumiros
lo que aquella noche escuché.
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La historia que narraba Mimo se
desarrolla en un pequeño planeta del sistema solar. Al parecer, en ese
planeta un tal Occidente arma y utiliza a un tal Isis para hacerse con el
control absoluto de una zona terrestre llamada Oriente Medio.
Las personas de Oriente Medio afectadas
por los bombardeos y la guerra huyen de su país de origen y pretenden llegar a otro
lugar llamado Europa para encontrar refugio y estar seguros, sin el temor de
que los maten a ellos y sus hijos a cada momento.
La Unión Europea, que son, creo, los
jefes de la citada Europa, les cierran las fronteras a estos fugitivos, los
reprimen y los dejan morir como perros.
Por su lado, el Isis provoca atentados
como el de Barcelona para sembrar el pánico y el racismo, y así los gobiernos
tienen la excusa perfecta para aumentar la represión y restringir las
libertades de ustedes, mis amados seres humanos.
Qué
historia tan terrible y tan triste, creo que Mimo se está haciendo viejo, ahora
ya cuenta lo primero que se le ocurre. Su fantasía no tiene fin. La historia
creo que se llamaba Psicópatas en el Poder. Eureka.