La que
están liando los medios de incomunicación con los británicos. Al parecer la
cosa es que un grupo de ancianos y palurdos han votado salirse de la unión
europea, mientras que el sensato voto de los preparados e inteligentes jóvenes
no ha sido suficiente para permanecer en Europa.
Una
Europa que ha hundido al más ilustre de sus socios, a Grecia, está ahogando a
España, está bombardeando Siria y desentendiéndose (por no hablar de asesinato
por pasividad) de los miles de refugiados que provocan sus bombas.
Una
unión europea que solo ha servido para que las grandes empresas se muevan con increíble
facilidad, ahogando las economías de los países más débiles. Una unión europea
que ahora le dice a Inglaterra que se vaya rápido, que “no juegue al gato y el
ratón”.
Como
una novia despechada, ofendida, ultrajada.
Porque
claro, los europeos solo jugamos noblemente, con las cartas boca arriba, y
actuamos en beneficio de Europa. Como Mario Draghi y sus secuaces.
En
realidad tienen razón. Las cosas importantes de la política hay que dejarlas en
manos de gente preparada, gente con fundamento. Como los dirigentes que nos
gobiernan y nos han gobernado en Europa y en España en los últimos ocho años.
Son muy buenos. No, no, en serio, se ha ensalzado poco la bondad, eficacia y
abnegación de nuestros gobernantes.
Cuando
yo me fui de la Humanidad nadie me dijo nada, pero si hubieran montado este
guirigay me lo hubiera tomado bastante mal.
Max Nitrofoska a las pocas horas de abandonar la Humanidad.