sábado, 21 de mayo de 2016

Nitrofoska en la Puerta del Sol

El androide Nitrofoska fue diseñado y ensamblado para realizar trabajos especializados sin rechistar.

El mero pensamiento de las palabras revuelta o insumisión era tratado por sus amaestrados circuitos como una alergia corporal, se rascaba y se retorcía. Aberración mental, aberración mental bipbipbipbiiiip.
Así fue programado el androide Nitrofoska.

No obstante, cierto día, los dirigentes de la Corporación decidieron dar millones de euros de dinero público a los banqueros con el objetivo de perpetuar el sistema que había llevado a la humanidad a una situación de bancarrota insostenible.

Esto no afectó al bolsillo de Nitrofoska, que como todo androide no está sujeto a los impuestos que recaen sobre los seres humanos, pero alguna conexión defectuosa, alguna reminiscencia terrenal hizo que sus circuitos se rebelaran ante el pillaje institucionalizado, ante la desvergüenza inmune y el cachondeo constitucional.

El organismo cibernético de Nitrofoska no pudo tolerar el cruce de datos erróneos, de información contradictoria y recochineo que emanaban de la Corporación que lo había creado. 

Sin saber en modo alguno a qué respondían sus impulsos y sus actos, cogió un megáfono y un atril y se dirigió a la Puerta del Sol de Madrid.


Max Nitrofoska en la Puerta del Sol (octubre 2010)

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