miércoles, 25 de enero de 2023

OLOR CORPORAL INTENSO – THE PARADISE


Todo lo que piensas,
lo que vas pensando
desde la mañana a la noche,
un día tras otro
se diluye en un sumidero acre

de olor corporal intenso.

Sudas nitroglicerina dorada.
Y nutritiva.

Porque la nitro alimenta que da gusto.
La que haces estallar
y la que te guardas en la bandolera.
Esa alimenta incluso más,
porque te suma kilos
y crece tu masa encefálica,
piensas mejor,
piensas más rápido,
desnudas tus ideas a una velocidad ver-ti-gi-nosa
ante la inminente explosión.

Y cuando todo se derrumbe,
bueno, eso de que todo se va a derrumbar
es una suposición tuya,
lo normal es que la carga no funcione,
cuántas veces planeaste una ascensión espectacular
o una demolición feroz
y el evento se esfumó,
ni siquiera una chispa,
todo quedó en un dulce espejismo
que te hizo pasar un par de horas
de excitación orgánica,
biológica,
visceral, tumbado en la cama,
mirando al techo
con las manos en la nuca
en un motel.
de mala muerte.
De buena vida.

Una excitación bastante agradable,
todo sea dicho,
pero al fin y al cabo
una experiencia en blanco,
no se inició ninguna etapa trascendental
en tu vida,
que es lo que pretendías.

Y ahí sigues,
sentado,
esperando a que alguien te cuente la historia
de una victoria inesperada,
alguien que partió de la nada y triunfó.
Triunfó, sí, pero no por un golpe de suerte,
triunfó porque se lo trabajó con ahínco,
puso toda la carne en el asador,
como suele decirse,
se dejó la piel.
Y claro,
después de tanto trabajo
ya no era posible arrebatarle el triunfo,
asomaba segura la victoria.
Este personaje del que hablamos
empezó a saber lo que era ganar.
Y ganó.

Luego le cayó encima un pasaje gratis a Benidorm
y disfrutó de una semana tumbado al sol
en un apartamento en primera línea de playa.
O tal vez fuera la segunda,
ya no lo recuerdo,
pero en cualquier caso era un lindo apartamento
desde el que se veía el paraíso.
De refilón, eso sí.
O tal vez solo fuera el reflejo del paraíso,
no el paraíso en persona él mismo
mirándote a la cara, no,
pero algo había de eso, no me cabe duda,
algo había por ahí del paraíso.
Algunos de los senderos
por los que pasea Dios cada mañana
estaban en esa zona del mundo,
en la zona del mundo donde yo tomaba el sol en la playa,
en mi apartamento de Benidorm.

Todo lo que piensas,
lo que vas pensando
desde la mañana a la noche,
un día tras otro
se diluye en un sumidero acre

de olor corporal intenso.

Nitroglicerina
y olor corporal intenso.
The paradise.


© Max Nitrofoska


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