La
elección parlamentaria es un sistema que han ideado los seres humanos para
gobernarse entre ellos. Consiste en introducir papelitos en unas urnas que se
habilitan a lo largo del territorio de la nación. Nación es una comunidad
humana con nombre propio, asociada a un
territorio y que mantiene un cierto grado de solidaridad, al menos entre sus
élites.
Con lo cual las
élites se van turnando el poder, solidariamente, ahora tú, ahora yo, siempre a
través de los papelitos de las urnas.
A los
seres humanos, por lo que he visto hasta ahora, les gustan mucho los papelitos.
Confían en los papeles.
Manuela Carmena
En mi
humilde opinión de androide, no es un mal sistema el de los papeles y las urnas,
ya que así todo el mundo participa en la elección del grupo de personas que van
a dictar las normas sobre las que se asienta la juiciosa sociedad humana.
Bueno,
todo el mundo no, los niños y los locos no tienen derecho a votar. Es muy
extraño, porque los seres humanos que resultan elegidos tras las elecciones
suelen ser unos psicópatas... o como poco unos cabronazos de primera magnitud. Creo
que si los niños y los locos votasen el resultado no podría en cualquier caso
empeorar.
Como algunos
de ustedes ya saben, amados seres humanos, en la nebulosa XR-54 tenemos un
sistema social avanzado. El Androide Supremo es quien dicta las normas a
seguir. Personalmente me parece un sistema mucho más justo y eficaz. No hay
largas asambleas, discusiones ni negociaciones maratonianas. Todo se decide en
un plis-plás. Bueno, lo decide el Androide Supremo, que es una criatura justa y
extremadamente sabia.
Aquí,
en el planeta Hispania, el equivalente al Androide Supremo sería el rey de
España, ¿no? Pero justamente el rey es la única persona del gobierno a
la cual no se puede elegir por medio de las maravillosas urnas. Es curioso.
Espero
por el bien de la nación que gobierna el rey que por lo menos se trate de un
ser humano justo y sabio. Yo, desde la distorsionada visión que me permiten mis
circuitos electrovoltáicos, no creo que el rey de Hispania atesore esas
virtudes supremas, pero no lo puedo saber, no soy muy humano.
En lo
que se refiere a las ciudades, el androide supremo sería el alcalde, o en el
caso de Madrid, la alcaldesa. A esta persona sí se la puede elegir por medio de
las urnas. Y desde mi punto de vista de androide analógico, la criatura humana
Manuela Carmena sí se asemeja al Androide Supremo de la nebulosa XR-54. La
votaré sin leer siquiera su programa. A ciegas. Quiero ser gobernado por un Ser
Humano que no sea un pedazo de cabrón manifiesto. Viva Manuela Carmena, genoide
suprema de la galaxia Madrid.