El 7 de
enero de 2015, como todos ustedes recuerdan amados seres humanos, tuvo lugar un
tiroteo en la sede del semanario francés Charlie Hebdo. Ese mismo día el
escritor Michel Houellebecq presentaba su última novela de ficción: “Sumisión”.
Casualmente
“Sumisión” se desarrolla en el futuro cercano de una convulsa Francia, donde el
Partido Musulmán toma el poder a través de las urnas. El presidente electo de
Francia resulta ser un musulmán cuyo objetivo es crear un gran imperio basado
en el islam.
Michel
Houellebecq es un escritor humano con mucho fundamento, tal vez ustedes lo
recuerden por libros como “Las partículas elementales”, “El mapa y el
territorio” o “La posibilidad de una isla”.
La
coincidencia del atentado con la presentación y temática de su último libro
hizo que mis circuitos sintieran inmensos deseos de leerlo.
Me
encontré con algunas afirmaciones que, dichas antes del atentado de Bataclán de
París y de la detención en Bruselas de sus autores resultan increíbles, de una
clarividencia pasmosa.
Una de
ellas es sobre Bruselas, la ciudad donde las miradas son de auténtico desafío,
donde se respira la guerra, donde se gestará el gran conflicto europeo.
Otra visión
de futuro de la criatura humana Houellebecq es la propia sumisión, que establecerá
la base sobre la que construir el nuevo imperio. Empezando por la sumisión de
la mujer (que deberá vestir con burka) respecto al hombre, y por supuesto del
total de los ciudadanos respecto a una élite que ejerce el poder absoluto.
Esto
fue escrito en 2014. Ahora en 2016 el alcalde de Londres es Musulmán, y fue en
Bruselas donde detuvieron a los autores del atentado de París.
Tal vez
sean solo coincidencias, pero por si acaso en la nebulosa XR-54 ya nos hemos
hecho con un lote de burkas. No sé si los utilizaremos para integrarnos en el
nuevo régimen o para camuflarnos y organizar la resistencia… eso ya es cosa de
cada androide.
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