No has salido de la cama en todo el día
pero saludas como si vinieras de lejos,
de cavar fosas,
enardecer antorchas,
preguntar por calles remotas
y saludar a jinetes peregrinos
que comen tumbados al sol
y beben roja escarcha de vino
mientras naufraga,
una y otra vez,
el espejismo del crucero.
Eso,
solo eso es lo que espero.
pero saludas como si vinieras de lejos,
de cavar fosas,
enardecer antorchas,
preguntar por calles remotas
y saludar a jinetes peregrinos
que comen tumbados al sol
y beben roja escarcha de vino
mientras naufraga,
una y otra vez,
el espejismo del crucero.
Eso,
solo eso es lo que espero.
No has salido de la cama en todo el día,
te santiguas en iglesias demacradas
que huelen a cálido incienso,
confitura de fresa en los labios,
cosmonautas visionarios,
personajes de Katmandú
que juegan a ser sabios
frente a peces
perdidos en el acuario,
lluvia incesante,
pasos,
ráfagas de viento opaco
y eco de voces en tu patio,
eso,
solo eso es lo que espero
de ti.
te santiguas en iglesias demacradas
que huelen a cálido incienso,
confitura de fresa en los labios,
cosmonautas visionarios,
personajes de Katmandú
que juegan a ser sabios
frente a peces
perdidos en el acuario,
lluvia incesante,
pasos,
ráfagas de viento opaco
y eco de voces en tu patio,
eso,
solo eso es lo que espero
de ti.
No has salido de la cama en todo el día
pero esta zancadilla te pertenece,
lleva tu nombre escrito en la hebilla,
miras de frente a los jueces,
te mueves con habilidad
entre tormentas sinuosas,
ataques de pánico y ramos de rosas,
pensamientos oscuros y sonrisas modosas,
caprichos, esclavos y heridas lustrosas,
corazones sin dueño y palabras pomposas,
te lo juegas todo al número trece,
cantas distraída una tonadilla que aborreces
mientras me miras de soslayo cuando anochece,
es eso,
solo eso
lo que espero de ti
y de tus besos.
pero esta zancadilla te pertenece,
lleva tu nombre escrito en la hebilla,
miras de frente a los jueces,
te mueves con habilidad
entre tormentas sinuosas,
ataques de pánico y ramos de rosas,
pensamientos oscuros y sonrisas modosas,
caprichos, esclavos y heridas lustrosas,
corazones sin dueño y palabras pomposas,
te lo juegas todo al número trece,
cantas distraída una tonadilla que aborreces
mientras me miras de soslayo cuando anochece,
es eso,
solo eso
lo que espero de ti
y de tus besos.
© Max Nitrofoska