Me topé con multitud de seres mecánicos,
infinidad de robots de titanio y hojalata que poblaban un universo
único, fantástico y articulado.
Su
creador es Javier Arcos, un androide biónico que tras una vuelta y
media al mundo decidió dedicarse a lo que más le gustaba: crear
robots, todos diferentes, nunca dos iguales, cada cual con su propio
nombre y su propio carácter y temperamento, robots que lloran al
amanecer, robots que gritan en la noche, robots que sueñan con
ovejas o con tuercas y robots que recitan a Sor Inés de la Cruz.
Aproveché
para tomar unas fotos, que les traigo con mucho gusto, mis amados
seres humanos. Que ustedes las disfruten y tengan un hermoso y
soleado día.
Foto: Nitrofoska
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Foto: Nitrofoska
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Foto: Nitrofoska
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Foto: Nitrofoska
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El organismo biónico Javier Arcos y Nitrofoska
Foto: Cristina Pitarque
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Foto: Nitrofoska
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Foto: Nitrofoska
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Foto: Nitrofoska
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Foto: Nitrofoska
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El androide Nitrofoska con casco espacial obra de
Javier Arcos y láser de combate.
Foto: Cristina Pitarque
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Foto: Nitrofoska
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