Tras la
actuación de ayer, un grupo de tres seres humanos muy jóvenes (tendrían unos 23
o 24 años) se acercaron para decirme que me conocían de un concierto androide
que di hace dos años en la mítica y ahora desaparecida sala Ibu Hotz. Y que
tras ese concierto llamaron a su grupo Nuestro es el Sol.
Alegría
androide en mis circuitos, amados seres humanos, porque si existe algún sistema
que arroje luz sobre nuestras almas libres, ese es el sistema solar. ¡Nuestro
es el Sol!