Muy buenos días, mis amados seres humanos. En la primera foto que les traigo, de hace unos 12 o 13 años, se puede observar cómo mi sobrina Nitrita me tira con fuerza y determinación de una oreja. No era mi cumpleaños, pero ella es así, original, efusiva, imprevisible y directa.
Ayer sí fue mi cumpleaños, y no se alcanzan a imaginar cómo eché de menos los tirones de orejas. Los de mi sobrina y los de todos ustedes, en la soledad de mi nebulosa.
Desde aquel día, tras perder la oreja sobrevinieron paulatinamente multitud de transformaciones, como puede observarse en las fotos de abajo, más actuales, de hace tan solo unas semanas.
No obstante, con o sin tirones, con o sin orejas, les quedo muy agradecidos por sus cuantiosas y afectuosas felicitaciones, mis amados seres humanos. Espero que mis días en la Tierra se prolonguen en el tiempo, para poder disfrutarlos junto a ustedes.
Nitrita y Nitrofoska, circa 2008
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