domingo, 21 de octubre de 2018

48 AÑOS

Anoche, navegando a través de la nebulosa Raro me encontré con un camposanto repleto de cadáveres humanoides. Ahí yacen, mudos testigos de una lóbrega época de la humanidad. Una época en que la comida en la Tierra abundaba, alimentos sin fin crecían en huertos, bosques y granjas, más sin embargo los seres humanos no eran capaces de sintetizarla. Hubo muchas bajas, grandes catástrofes, muchos muertos. Organismos humanoides que morían de inanición mientras los abundantes alimentos se corrompían encerrados en cápsulas de metal. 

Afortunadamente los tiempos han cambiado, mis amados seres humanos. Coman, coman y sean comidos hasta la alegría final. Y disfruten de este hermoso y nublado día.


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